Desde el proceso de reciclaje hasta las innovadoras tecnologías que lo sustentan, el reciclaje del aluminio ofrece un gran número de ventajas a productores, procesadores y recicladores por igual. Frank van de Winkel, Market Strategy Manager – Metal de TOMRA Recycling, presenta el panorama actual del reciclaje de aluminio y explica cómo, adoptando tecnologías de clasificación avanzadas, numerosas industrias pueden emprender el camino hacia una economía más circular.
El reciclaje de aluminio: una solución clave
En una era en la que ha aumentado la conciencia medioambiental y se han intensificado los objetivos de sostenibilidad global, la industria del aluminio se ha convertido en una fuerza impulsora del cambio positivo. A medida que las empresas se esfuerzan por reducir su huella de carbono y adoptar prácticas más responsables, el reciclaje del aluminio se ha convertido en una solución fundamental. Este metal versátil, que se encuentra en todo tipo de productos, desde latas de bebidas hasta piezas de aviones, ofrece una oportunidad única para preservar los recursos, minimizar el impacto en el medio ambiente e impulsar la eficiencia operativa.
El aluminio existe principalmente en dos formas: aluminio fundido y forjado. El primero se caracteriza por su alto contenido en silicio, mientras que el segundo contiene una cantidad mínima; cuando ambos se combinan, la aleación que se obtiene se utiliza principalmente para obtener de nuevo aluminio fundido ya que no existe un método sencillo o general para eliminar completamente el silicio. Este proceso, a veces denominado downcycling, da lugar a diferentes productos a los que se encuentran en la chatarra mezclada.
El origen del aluminio influye significativamente en su composición; la materia prima de la chatarra de aluminio puede clasificarse en dos categorías principales: postproducción y postconsumo. Estas dos clases, a pesar de ser cruciales para las prácticas de sostenibilidad, tienen diferencias significativas en cuanto a su origen y características.
La chatarra de postproducción, como su nombre indica, se genera durante el propio proceso de fabricación y suele surgir a partir de subproductos o recortes en la producción de bienes industriales como automóviles, materiales de construcción y electrodomésticos, asimismo suele encontrarse en un estado relativamente puro ya que aún no ha sido expuesta al uso general.
Por el contrario, la chatarra postconsumo procede del final del ciclo de vida de un producto. La generan los consumidores que han utilizado productos a base de aluminio y los han desechado posteriormente. Este tipo de chatarra puede proceder de diversas fuentes, como vehículos al final de su vida útil, hogares, empresas y espacios públicos. A diferencia de la chatarra postproducción, la chatarra post consumo suele estar contaminada con diversas sustancias, como restos de comida, suciedad y otros desechos.
Al reconocer estas diferencias en los orígenes de la chatarra, los recicladores pueden adaptar sus técnicas de clasificación y procesamiento para garantizar que el aluminio reciclado cumpla las normas requeridas para las distintas aplicaciones.
Los retos del reciclado del aluminio
Un reto primordial en el reciclaje del aluminio es la dificultad de separarlo de otros metales una vez que se ha combinado en aleaciones. Dada la amplia gama de sus aleaciones -con cientos de variedades diferentes de fundición y forjado-, es vital mantener la chatarra de aluminio lo más cerca posible de su composición original, o al menos de la composición deseada para el producto final.
Las diferentes aleaciones de aluminio poseen propiedades distintas, como la fortaleza, la resistencia a la corrosión y la maleabilidad. Al identificar la aleación específica del aluminio que se recibe, los recicladores pueden optimizar el proceso de reciclado para preservar estas valiosas características y garantizar que el material se transforme de forma eficaz y rentable. Este conocimiento permite a los reprocesadores producir aluminio reciclado que es equivalente en calidad y rendimiento al aluminio primario, ampliando sus aplicaciones en potencia y aumentando su valor de mercado.
Comprender el origen del aluminio es crucial para maximizar la eficacia del reciclado, por eso es que a través de la identificación de posibles contaminantes o impurezas, los recicladores pueden aplicar métodos de limpieza y clasificación específicos para eliminar estos materiales no deseados, ya que con ello, no sólo mejora la calidad del aluminio reciclado, sino que también reduce el consumo de energía y minimiza los residuos.
El poder de la clasificación precisa
Las soluciones avanzadas de clasificación de metales están revolucionando la industria del reciclaje al transformar la chatarra en valiosos recursos. Estos sofisticados sistemas aprovechan tecnologías de vanguardia, como la tecnología de transmisión de rayos X (XRT) -una potente herramienta utilizada para clasificar y analizar materiales en función de su densidad atómica- y la inteligencia artificial (IA) para identificar y separar con precisión los distintos metales, garantizando unos resultados de gran pureza.
Esta clasificación de precisión permite utilizar el aluminio reciclado como sustituto directo del material virgen en diversas industrias; desde latas hasta materiales de construcción y componentes de automoción, el aluminio reciclado puede integrarse perfectamente en los procesos de fabricación sin comprometer la calidad ni el rendimiento del producto. De este modo, no solo se conservan valiosos recursos, sino que también se reduce el impacto medioambiental relacionado con la producción de aluminio.
El AUTOSORTTM PULSE de TOMRA es un excelente ejemplo de este tipo de solución, pues aprovecha la avanzada tecnología de espectroscopia de descomposición inducida por láser (LIBS) el cual es un innovador sistema de clasificación que puede analizar rápidamente la composición de los objetos metálicos, distinguiendo entre diferentes tipos, grados e incluso aleaciones, cerrando otra brecha en
el camino hacia la circularidad total de los materiales. Esto permite una producción de alto rendimiento de fracciones de chatarra de aleación, maximizando su valor económico y abriendo el camino para una cadena de suministro de aluminio más sostenible.
Otra ventaja clave de AUTOSORT™ PULSE es su capacidad para minimizar la contaminación y por tanto aumentar el valor y la comerciabilidad de los materiales reciclados. Gracias a la clasificación de precisión del sistema, se reduce el riesgo de contaminación cruzada, protegiendo la integridad de los materiales reciclados y garantizando que sean adecuados para las aplicaciones deseadas.
La alta pureza de las partículas de chatarra de aluminio suministradas por AUTOSORT™ PULSE permite utilizar el material en el proceso de fusión y producción de aluminio sin degradar materiales valiosos. En las extensas pruebas de material realizadas en los centros de pruebas de TOMRA y en las plantas de los clientes, AUTOSORT™ PULSE ofrece de forma consistente niveles de pureza del 95% y superiores.
Con miras al futuro
La creciente demanda de aluminio reciclado está impulsada por el cambio hacia productos más ligeros y sostenibles especialmente en los sectores automotriz y de la construcción. Con la llegada de los vehículos eléctricos esta demanda de reciclado se ha acelerado aún más, pues, las regulaciones gubernamentales y las iniciativas de la industria, como la prohibición de la UE de vehículos que emiten CO2 así como los objetivos del Green Deal, están impulsando la demanda de aluminio reciclado como parte de los esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover una economía circular.
A medida que muchos países y regiones se esfuerzan por cumplir las metas de alcanzar la neutralidad de carbono para 2050, el papel del reciclaje para la consecución de estos objetivos no puede subestimarse, ya que, entre los diversos materiales que pueden reutilizarse de forma sostenible, el aluminio es un recurso especialmente valioso. Lo anterior se debe a que su proceso de reciclado ofrece una reducción significativa del consumo de energía en comparación con la producción primaria, lo que se traduce en una disminución sustancial de las emisiones de carbono.
Las principales industrias en las que se utiliza ampliamente el aluminio como la automotriz, el transporte y la construcción, tienen una oportunidad única de liderar la transición hacia una economía circular, minimizando el impacto medioambiental y acelerando el progreso hacia la neutralidad de carbono.
El futuro del reciclaje del aluminio no solo reside en el aprovechamiento de la chatarra de producción, sino también en la sustitución de las materias primas primarias por recursos secundarios. Esto requerirá avances significativos y continuos en las tecnologías de procesamiento, especialmente en la clasificación de aleaciones. Algunos de nuestros clientes ya son pioneros en este enfoque al aplicar nuestra gama de soluciones avanzadas de clasificación de metales para facilitar un reciclaje más eficaz y preciso.